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TENER UNA PROGRESION CONSTANTE

by damien

En el entrenamiento con pesas, la medición de los progresos es una fuente esencial de motivación para todo deportista. Para algunas personas, es sinónimo de ganancia de fuerza, mientras que para otras, se mide en términos de ganancia de masa muscular. Como no siempre es fácil medir los progresos, algunos deportistas tienden a aumentar el número de repeticiones de sus ejercicios o a levantar cargas más pesadas para convencerse de que están progresando. Sin embargo, a menudo este no es el método adecuado.

Las dos fases de la progresión muscular

 

Primera fase:

 

Hay dos pasos importantes y distintos en la construcción de masa muscular. Al principio, hay un periodo de aprendizaje en el que el deportista aprende sus movimientos básicos y empieza a ganar fuerza y masa muscular. La duración de esta fase varía según el ritmo y la fisiología de cada individuo. Puede durar entre uno y dos años. Este periodo tiene como objetivo principal aumentar la fuerza física. Hacia el final de este período, un atleta puede pasar de una barra vacía en la cama y ponerse en cuclillas con 100kg en ambas barras.

Segunda fase:

 

Una vez superado cierto nivel, la progresión en la fuerza física comienza a ralentizarse hasta casi llegar a una meseta. Aquí comienza la segunda fase del entrenamiento de fuerza, en esta etapa, es más bien la ganancia de masa muscular la que comienza a acelerarse. Cada persona tiene una carga óptima que, una vez alcanzada, hace que la ganancia muscular comience más rápidamente, por lo tanto, cada persona puede hacer malabares con los diferentes protocolos de intensificación para variar las limitaciones y no estancarse.

El problema del ego en la progresión del culturismo

 

Siempre es bueno para la moral levantar más peso que el vecino o ver cómo se dobla la barra hasta el suelo en el levantamiento o la sentadilla. Desgraciadamente, si se sobrepasan los límites con demasiada frecuencia, no se recuperará tan rápidamente a nivel nervioso y, por el contrario, el entrenamiento de fuerza no podrá seguir una secuencia constante. Un ejemplo de un hábito más saludable a adaptar sería dedicar el trabajo de la sala de pesas a la construcción de masa muscular. Para trabajar otros rendimientos como el cardio, la gimnasia o las técnicas de levantamiento de pesas, pueden integrarse en una segunda actividad una o dos veces por semana. Este estilo de vida más equilibrado favorece la motivación y el rendimiento. En resumen, ser metódico en el entrenamiento con pesas es más eficaz que querer levantar siempre más peso y superar los límites de su cuerpo.

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