Asistir a la ceremonia del té es un momento intenso, un ritual. Es una prueba del profundo respeto del anfitrión por sus invitados, y del profundo respeto de todos por la naturaleza. La mesa de preparación, casi puedo decir que el altar, es una obra de arte en sí misma. La mayoría de las veces tallada en un árbol centenario.
En el aspecto científico, obviamente encontramos todas las razones de este ritual. La cafeína, la teobromina y la teofilina son alcaloides que se extraen idealmente a 60°C.
Se sabe que son responsables del efecto acelerador del metabolismo del té verde. Su consumo aumenta ligeramente la temperatura corporal, activa todas las funciones fisiológicas, ayuda a quemar más energía, por lo tanto, a la reducción de las reservas de grasa, también a una mejor oxigenación global del organismo. Es como si aumentáramos nuestro motor corporal.
El té verde se considera a menudo unsuperalimento. También contiene
taninos, polifenoles, que tienen efectos antioxidantes beneficiosos. Son
carroñeros de los radicales libres y participan en su eliminación.
Por
último, el té verde aporta pigmentos, clorofila y carotenoides. Son para
el organismo una valiosa ayuda para la respiración celular y la
flexibilidad de los microvasos sanguíneos.