YODO

by damien

El yodo es uno de los oligoelementos fundamentales para la creación de las hormonas tiroideas. Estos reconocen un valor muy importante durante la etapa fetal (formación del sistema nervioso), durante la pubertad, y de forma global a lo largo de la vida del hombre. Al igual que losminerales, los oligoelementos son esenciales para el buen funcionamiento del organismo. ¿Cuál es la función de este oligoelemento, qué aporta realmente al organismo en términos de valor nutricional y cuáles son los riesgos en caso de infra o sobredosis?

El yodo, ¿qué es?

El yodo, de símbolo químico I en la Tabla Periódica de los Elementos, es uno de los oligoelementos necesarios. Se encuentra exactamente en la glándula tiroides del cuerpo humano.

¿Cuáles son las funciones del yodo?

  • El yodo desempeña un papel muy importante en la glándula tiroides, principalmente en la producción de las hormonas tiroideas T3 (triyodotironina) y T4 (tetrayodotironina). 
  • En cuanto se forma el feto, estas hormonas asumen la función de crecimiento y maduración celular, también participan en el desarrollo del cerebro.
  • Durante la vida de un individuo, regulan la termogénesis (la producción de calor para mantener el cuerpo a 37°C) y el metabolismo energético (el nivel de gasto calórico), y participan en la síntesis de proteínas.

¿Cuánto yodo se debe consumir?

Para un niño de entre 6 meses y 6 años, las necesidades nutricionales diarias de yodo son de 90 microgramos. De los 7 a los 10 años de edad, este requerimiento se eleva a 120 microgramos, para los adolescentes y los adultos hombres o mujeres es de 150 microgramos y para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia necesitan 200 microgramos al día.

En un deportista, se puede añadir la necesidad de 50 microgramos al día en caso de sudoración intensa y según la actividad practicada.

Ten en cuenta que para una persona que consume tabaco, la necesidad de yodo es mayor porque los elementos del humo reducen su contenido por la glándula tiroides.

¿Cuáles son los alimentos ricos en yodo?

Los mariscos (pescados y mariscos) tienen el mayor contenido de yodo de todos los alimentos, seguidos de los productos lácteos como el queso y los huevos.

La Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Medioambiental y Salud Laboral (Anses) recomienda el uso de sal enriquecida con yodo (sal yodada) para evitar cualquier deficiencia o carencia, especialmente para aquellos que no consumen suficiente pescado o marisco.

No olvide las algas, a priori marrones, la alubia de mar, el wakame, el kombu o la laminaria, que son ricas en yodo: por ejemplo, 1g de kombu real es suficiente para aportar los 150 microgramos necesarios al día para un adulto. Su consumo no debe superar la dosis límite de seguridad de yodo.

Los 5 primeros alimentos con mayor contenido de yodo por 100g son: en primer lugar la sal yodada que contiene 1860 microgramos de yodo, el hígado de bacalao en lata que contiene 368 microgramos, el eglefino cocido con 260 microgramos, los mejillones cocidos para 195 microgramos y finalmente el atún cocido que contiene 150 microgramos.

Ejemplo: si un adulto coge, 100g de bacalao cocido (un filete pequeño), acompañado de un yogur natural, con 20g de pan integral (una rebanada fina) le aportará el 100% de la ingesta de yodo. Parte inferior del formulario

¿Qué ocurre si hay demasiado o demasiado poco yodo?

Dosis de yodo, consecuencias y peligro

El contenido de yodo varía de un país a otro, según la geología y la presencia de este oligoelemento en el medio ambiente. Las que más carencias reconocen son las regiones montañosas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la carencia de yodo afecta a una cuarta parte de la humanidad. En los países donde la deficiencia es más reconocida, puede producirse un daño cerebral desde el nacimiento, llamado: "cretinismo endémico". Este retraso mental es permanente. Los niños y adultos con esta deficiencia suelen tener bocio (cuello grande), que es el resultado de un agrandamiento de la glándula tiroides.

En los países en vías de desarrollo, una carencia de yodo puede provocar una fertilidad que acabe en tiroidismo (insuficiencia de hormonas tiroideas), que se define por varios casos: aumento de peso, escalofríos, dolores articulares, fatiga, depresión, ...Una carencia de selenio aumenta además el riesgo de hiponoides y de alteración de la glándula tiroides. Las mujeres embarazadas son sensibles a la carencia de yodo, lo que puede conllevar un riesgo de prematuridad, mortalidad neonatal, hipotiroidismo neonatal y retraso estaturo-peso.

En las zonas con carencia moderada, la captación de yodo radiactivo por parte de la tiroides es un poco alarmante, esto aumenta el riesgo de irradiación de la glándula en caso de un incidente nuclear que libere cantidades masivas de yodo. Los fetos y los niños, en los que la tasa de recambio intratiroideo de yodo es rápida, tienen un mayor riesgo de desarrollar hipotiroidismo o cáncer de tiroides.

Exceso de yodo: los riesgos que conlleva

El exceso de yodo puede provocar hipertiroidismo, demasiada hormona tiroidea en la sangre, con síntomas de pérdida de peso, desmineralización ósea, aumento del ritmo cardíaco, suele estar asociado a ciertos cánceres de tiroides, puede ser peligroso para una enfermedad autoinmune (una enfermedad en la que el cuerpo crea anticuerpos contra sus propios tejidos) de la tiroides, causando la inflamación de la glándula.

Para no llegar a esta fase de exceso, la dosis límite es de 600 mg al día para un adulto, incluyendo la ingesta de alimentos, la sal yodada y cualquier complemento alimenticio que contenga yodo (cócteles de vitaminas y minerales, complementos alimenticios para adelgazar, etc.)

Nota

  • Muchos componentes de los alimentos tienen un efecto goitrigénico: bloquean la captación de yodo por la glándula tiroides o la formación de hormonas tiroideas. Se trata de los cianoglucósidos de la yuca, el maíz y el boniato, los tioglucósidos de las crucíferas (coles), los flavonoides del mijo y el sorgo, y los disulfitos del ajo o la cebolla. Cuando se digieren en una dieta variada y equilibrada, no afectan al estado del yodo, y sus cantidades en los alimentos pueden reducirse mediante varias etapas de preparación, especialmente durante la cocción.
  • En caso de hipotiroidismo, debe evitarse una dieta a base de soja (zumo, yogur, tofu...), ya que sus fitoestrógenos modifican la eficacia del tratamiento.
  • Otro truco para aumentar la necesidad de yodo alternando la liberación de las hormonas T3 y T4 de la glándula tiroides es el tratamiento a base de litio (regulador del estado de ánimo)
  • La falta o el exceso de yodo puede modificar la eficacia del tiazol, un medicamento que puede recomendarse para el hipertiroidismo.

Para concluir

Para concluir, el yodo es un oligoelemento muy implicado en la actividad del sistema hormonal, contribuye a la producción de hormonas y actúa sobre las glándulas según el organismo, como la regulación de la temperatura corporal, el crecimiento principalmente en los niños, el buen funcionamiento nervioso o también la utilización de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas de la dieta para favorecer la producción de energía. También participa en el mantenimiento de una piel normal, y tiene una parte de responsabilidad en la función cognitiva como la concentración, la memoria y el razonamiento. Entonces, ¿por qué no llenar esos 150 microgramos al día si es por estos beneficios?

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